viernes, 4 de noviembre de 2016

Juego y distracción



Aunque, como es habitual, hay excepciones, por lo general "Juego y distracción" no ha gustado.

El libro venía etiquetado como el paradigma de la vanguardia y la literatura erótica de la época (1967). Tras el debate, la conclusión es que ni lo uno ni lo otro.

Tras un arranque confuso se despliega una historia estructurada en frases concisas y capítulos cortos de fácil lectura.
Consideramos que lo más destacable de la prosa de Salter es su extraordinario poder descriptivo, fruto de un lenguaje sonoro y visual manejado con gran maestría. Esta capacidad de descripción, que ha gustado mucho a algunos de nosotros, ahonda en los exteriores de la historia, dejando absolutamente planos a los personajes, e incluso a la historia en sí.
De hecho, esta falta de contenido argumental, hace que algunos lectores consideren el libro como "Un exceso de detalles que aburre. Sólo palabras".

El título se nos antoja perfecto, pues los personajes están jugando, buscan emociones que los hagan sentir vivos, salir de su vida cotidiana.

Al adentrarse el autor tan poco en el contenido y en los personajes las interpretaciones se disparan: la figura del narrador (¿Es un voyeur? ¿Está enamorado? ¿Es autobiógráfica?). Los sentimientos de la protagonista (¿Juega? ¿Está enamorada de Dean?). La propia trama (¿Un simple juego entre los personajes? ¿Los sueños de juventud del autor?¿Una critica social a la clase alta estadounidense?)...

Consideramos que no es un libro de vanguardia. Incluso algunos lectores encuentran referencias del tema en la literatura del Siglo XIX, concretamente en "El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde.

Y... en cuanto al sexo... no nos ha parecido nada erótico. Nada en absoluto. más bien al contrario.
Las escenas de sexo están descritas con frialdad. Son bruscas e incluso, en ocasiones, desagradables. Es como si las diseccionara, como si todo ocurriera sobre una mesa de operaciones. Carecen de delicadeza.
Ahí, sin más, ¡¡POM!! dijo uno de nosotros.

Frío, muy frío.


Juego y distracción
Sinopsis


Editada por primera vez en 1967, Juego y distracción supuso un punto de inflexión en la trayectoria de Salter y dio la medida de su maestría y ambición literarias. En la actualidad se la considera una lectura insoslayable que, sin duda, contribuirá a engrosar la legión de admiradores que James Salter sigue cosechando en todo el mundo. La novela, que toma prestado su título de un versículo del Corán sobre la esencia de la vida terrenal, narra la historia de amor entre Phillip Dean, un universitario norteamericano que deambula por Europa, y Anne-Marie Costallat, una joven francesa de provincias. Evocada en todo su esplendor erótico, la fogosa aventura de los dos amantes nos llega a través de la imaginación de un solitario compatriota de Phillip. El desdén hacia las convenciones sociales, la entrega incondicional al placer y la indolencia aparecen aquí delineados con un lenguaje conciso, que convierte el cúmulo de impresiones y la mirada reflexiva y sensible del narrador en un himno a la sensualidad.

James Salter

Biografía

Admirador de Hemingway y Scott Fitzgerald, prosista casi secreto para muchos de sus compatriotas. Nació en 1925 en Nueva York, estudió Ingeniería en West Point y en 1945 ingresó en las Fuerzas Aéreas. Fue piloto de aviones de caza y combatió en la guerra de Corea.

En 1956, con 32 años, publicó su primer libro, Pilotos de caza, y un año después abandonó el ejército para dedicarse a la literatura. Durante una década trabajó como periodista, escribió guiones para Hollywood (entre ellos, el de El descenso de la muerte, que protagonizó Robert Redford) y dirigió películas como Three, con Charlotte Rampling y Sam Waterston. Su tercera novela, Juego y distracción, un apasionado affaire entre un americano y una francesa, publicada en 1967, le valió la reputación internacional. A ésta siguieron Años luz, En solitario, la colección de relatos Anochecer y las memorias Quemar los días. Entre 1997 y 2000 sólo publicó sendas revisiones de sus dos primeras novelas, y en 2005, una nueva colección de relatos titulada La última noche.

Su obra ha recibido numerosos premios, entre ellos el PEN/Faulkner en 1989. Desde el año 2000, forma parte de la academia americana de las Artes y las Letras. Se le reconoce una gran sensibilidad y delicadeza en su escritura, en la que no faltan frecuentes retazos autobiográficos.

Fue candidato al Premio Príncipe de Asturias en 2014. Falleció el 19 de junio de 2015 en Sag Harbor, Estados Unidos.


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