miércoles, 27 de enero de 2016

Baile de títulos


                                  La hora del Dragón by Utamaru Kitagawa


Resulta chicas, que esperando el libro de enero nos llegó el de febrero. Y... entonces... ¿qué título será el próximo? Pues ni idea. ¡A la aventura!

Centrándonos en el recién llegado, y no me refiero al nieto de Puri, se plantean las siguientes cuestiones: tiene 317 páginas y una letra que, hasta a mí, me parece grande. La próxima reunión es el miércoles 10 de febrero a las 17,30h. La fecha límite de devolución el 24 de febrero. 

Hemos quedado en intentar acabar de leerlo para el día de la reunión. Si no es así tampoco pasa nada, mantenemos la fecha y debatimos sobre lo que acordemos.

Otro asunto: tras varios intentos de conciliar, sin éxito, el día de la semana en que se celebran las reuniones, con las múltiples ocupaciones de las participantes en las mismas, se vuelve a decidir que el día más propicio es el miércoles, por lo que, de aquí en adelante, se celebrarán dicho día.

Pues... vamos a ello.  Bienvenido maestro Kawabata.

martes, 12 de enero de 2016

El atentado

Reunión: lunes 11 enero

Tremendo en todos los sentidos, el libro que hemos comentado hoy a nadie ha dejado indiferente.

Excelente en  cuanto a la forma. A todas nos ha gustado cómo está narrada la historia, mediante una prosa abundante en metáforas, y un uso de verbos y adjetivos original, preciso y gráfico. También se resalta la habilidad y delicadeza con la que Yasmina Khadra describe las escenas más crudas de la novela, consiguiendo que el lector "viva" los atentados sin necesidad de recrearse en la masacre. Crudo sin "hacer sangre".
Los personajes están muy bien conformados y entretejen la trama. El ritmo te atrapa e incita a saber más, y, sobre todo, a intentar comprender. 

El contenido es estremecedor: el conflicto entre el Pueblo Palestino y el Estado de Israel, y las distintas posturas que se pueden adoptar ante una situación tan devastadora.
Los dos extremos de este continuo serían Sihem y Amín. Ella opta por cometer un atentado inmolándose. Él por el tesón, la valentía, el trabajo duro, la humanidad y el dominio de sí mismo, como armas para conseguir lo que es casi un sueño, hacer saltar por los aires fronteras, tópicos, creencias y prejuicios. Pero no es tan fácil. En ambas opciones hay vacíos, pérdidas y daños colaterales. Nadie sale indemne en semejante mundo.

El libro revuelve las tripas. Produce sensaciones contradictorias. Es durísimo. 
Tras los primeros comentarios surge un apasionado debate entre nosotras. Queremos comprender. Necesitamos comprender. Tomamos partido. Expresamos distintas sensibilidades. 

Conseguimos llegar a algunas conclusiones: 
Alabamos el trabajo del autor, lo consideramos una opción de acción muy valiosa ante estas injusticias, exenta por completo de violencia y revestida de gran humanidad, difundiendo los hechos por medio del arte de escribir.
No compartimos ni justificamos los atentados, pero comprendemos que viviendo durante tanto tiempo, cuatro generaciones, en esa situación de abuso y desesperanza, no les importe morir.
Sin la voluntad y presión, sin fisuras, de las potencias extranjeras el conflicto nunca llegará a su fin.
También creemos que desde aquí, desde la distancia, no tenemos argumentos para abarcar, en su totalidad, la dimensión del problema, ni para saber cómo reaccionaríamos, qué sentiríamos o qué opción sería la nuestra. Y, mucho menos, para poder entender, comprender y opinar.

Y, para terminar, dos frases de peso, dejadas caer esta tarde por algunas compañeras de debate: 
"Un libro triste, pero de los que hay que leer".
"Hay que estar allí".



El atentado

Sinopsis

Tel Aviv, hora punta. Una mujer acciona los explosivos que oculta bajo sus ropas en un restaurante atestado de personas. Las numerosas víctimas empiezan a llegar por oleadas al hospital. El doctor Amín Jaafari, un israelí de origen palestino, se pasa el día intentando salvar lo insalvable. Hasta que de repente el caos y la confusión dejan paso a la sorpresa y la amargura: entre los muertos se halla el cadáver destrozado de su mujer. Y, lo que es peor, todo apunta a que ella es la terrorista suicida. El mundo se derrumba en torno al doctor Amín. De médico modélico pasa a ser un sospechoso para sus compañeros, para sus vecinos y, por supuesto, para la policía. Sumido en un profundo estado de ansiedad, necesita saber qué llevó a una mujer moderna, sin ataduras religiosas, integrada en la vida israelí, a inmolarse en un atroz atentado. Sus preguntas en el entorno familiar le depararán ingratas y peligrosas sorpresas.
En clave de intriga, Yasmina Khadra hace una nueva incursión en el mundo del terrorismo islámico para recordarnos que la barbarie permanece oculta tras la vida civilizada y autocomplaciente que nos hemos inventado en la sociedad moderna. Que vivimos en una ficción teatral frente a la salvaje realidad que subyace entre bambalinas. Pero El atentado no es sólo una reflexión sobre la convivencia entre culturas y pueblos y sobre la incidencia del integrismo. Con su tradicional maestría para el trazo psicológico de los personajes, elaborar diálogos precisos y contundentes, y crear un ambiente emocionante por medio de la tensión narrativa, características elogiadas por el premio Nobel J. M. Coetzee, Yasmina Khadra hace de El atentado una novela de engaños y desengaños, de ilusiones y decepciones, una intervención quirúrgica en vivo sobre el amor, la incomunicación y las relaciones de pareja en la sociedad actual. Una reflexión, en suma, sobre la vida y la muerte en tiempos difíciles.


Yasmina Khadra

Información del autor

Nacionalidad: Argelina
Biografía
Yasmina Khadra (que significa jazmín verde) es el seudónimo femenino del escritor argelino en lengua francesa Mohammed Moulessehoul (Kenadsa, 1955). Nacido de una mujer nómada y un enfermero, oficial del Ejército de Liberación Nacional, en 1964 es matriculado en una academia militar. Inicia su actividad literaria pronto, compaginándola con sus estudios y posteriormente, con su actividad dentro del ejército.

Su primera novela, Houria, se publica en 1984. En 1989, después de haber publicado seis obras con su nombre real, decide refugiarse bajo un seudónimo para evitar la autocensura que ha marcado sus primeras novelas y poder adentrarse con mayor libertad en la recreación de la Argelia de su tiempo. El seudónimo lo forman los dos nombres de su esposa. Con él, publica en 1990 El loco del bisturí. La obra que le da fama mundial es Morituri, publicada en 1997. En el año 2000, el comandante Moulessehoul abandona el ejército para dedicarse por entero a la literatura. Es entonces cuando revela su verdadera identidad, lo que causa un gran escándalo tanto en Francia como en Argelia.